Agrega la cobertura de chocolate en la nata y utilizando una varilla mezcla constantemente para que la cobertura no se estríe y no se formen hilos.
A parte emulsionas las yemas de huevo con un poco de azúcar al baño maría. Para emulsionar las yemas bate constantemente utilizando una varilla y controlando de que no haya un exceso de calor en las yemas. Una vez realizado este proceso introducelas poco a poco a la mezcla de trufa (la nata).
A parte bate las claras a punto de nieve, con el resto del azúcar. Las claras montadas servirán de base, para mezclar el resto de ingredientes. Poco a poco introduciremos la trufa, en las claras a punto de nieve, removiendo los ingredientes con una lengua de gato o con una espátula de pastelería de arriba hacia abajo.
Llegado a este punto, que ya tendremos mezclados todos los ingredientes, solamente nos faltará colocar las mousses en sus respectivos moldes y guardarlos en el refrigerador o nevera.
No es necesario guardarlos en el congelador aunque también se pueden guardar siempre que estén bien tapados. Es aconsejable consumirlos en un periodo inferior a 3 días.